Es una ruta circular muy bonita y especial en el día de hoy, puesto que nos encontramos condiciones increíbles, ha sido una ruta cinegética. Hemos podido ver ejemplares de animales muy diversos en su estado salvaje: Un macho cabrío dotado de gran cornamenta, varios rebaños de ciervos, jabalíes con tres jabatos o rayones, un zorro y una pareja de quebrantahuesos. Estos son los regalos que nos ofrece la naturaleza a causa de el notable descenso de visitantes a causa de las medidas restrictivas respecto al COVID19.

Es una ruta difícil por su desnivel, en algunos tramos no es apta para los vertiginosos, en otros hay que realizar algunas “trepadillas”, hay varios paso algo complicados, en el día de hoy era preciso mucha atención porque el terreno estaba resbaladizo por la humedad de las lluvia recientes, el rio Guadalentín estaba crecido y su cruce ha sido complicado, ausencia de señalizaciones, ….. 

Solo hay señalizaciones en la parte final, donde ya no son precisas, porque el sendero y/o la pista te llevan solos. En el resto de la ruta no hay señalizaciones y requiere ir con un/a guía o personal que conozca muy bien el terreno y saberse manejar con un GPS. Hay varios pasos que es preciso encontrar ya que de lo contrario estamos abocados a no poder entrar o salir del monte por los profundos cortados existentes. 

La ruta consta de varias partes: 
– Descenso hacia el Guadalentín 
– Seguimiento por el GR-247 (Etapa E14, E-15) por una cerrada por el Guadalentín 
– Ascenso a los Torcales del Lobo por el espolón 
– Mesetar por los Torcales asomándonos a los cortados de la pared Norte 
– Descenso hacia el Poyo del Trivaldo 
Iniciamos la ruta en la Nava de San Pedro, paraje con varias praderas (probables campos de cultivos antiguos), con un descenso hacia el Cortijo de la Posada de las Carretas rodeado de Quejidos, Encinas y Nogueras. Nuestro descenso continúa hasta encontrar el rio Guadalentín. 

Con un giro a la izqda. tomaremos el GR-247 entrando en una preciosa cerrada del rio. Siempre en dirección a la cabecera del rio y escuchando el continuo murmullo del agua en su camino hacia el pantano de la Bolera, dejaremos a la izqda. la cueva del Tesoro, cruzaremos en varias ocasiones el rio por unos cilindros de cemento y pasaremos por una pequeña cascada. Toca buscar el mejor sitio para cruzar el rio y mojarse lo menos posible. 

Donde hay una presa en el barranco hay que iniciar la fuerte subida hasta el Portillo del Lobo. Optamos por realizarla por el espolón y no por el barranco, la calor no era de justicia y quisimos aplicar el axioma de “hay que subir por los espolones y bajar por los barrancos”. Conforme vamos ascendiendo se agranda la visión de los diversos barrancos confluyente que hay en la zona ofreciendo una agradable visión aérea de la Sierra de Cazorla. El regalo es una preciosa cornisa o Tranco casi al final del Portillo, normalmente no está reseñada en los tracks pero realmente merece la pena recorrerla aunque aparentemente no tiene salida. Nosotros recomendamos recorrer el máximo trayecto posible, al final hay una preciosa cascada de agua. 

Una vez en la cumbre del Portillo tomaremos dirección Oeste para recorrer todo lo alto de los Torcales del Lobo, asomándonos a todos los cortados y miradores posibles. Pasaremos por el Tranco del Lobo (precioso y majestuoso), el Mirador del Tranco del Perro y al Pico Sabinilla. En uno de los salientes de los cortados, en el Pico Sabinilla, es donde apreciamos una pareja de Quebrantahuesos, uno de ellos se puso a volar, el otro quedó impertérrito en su sitio. El pisar es por un lapiaz relativamente fácil con gran vegetación de pinos laricios de gran belleza. En esta zona nos tropezamos con una jabalina y tres rayones. 

El descenso es largo y complicado porque hay que buscar los diversos pasos que salvan los múltiples y profundos cortados existentes. Pasaremos por una senda antigua y hay que prestar atención para encontrar un desvio hacia la derecha, seguir recto (como indican las señalizaciones) nos conduciría hacia la Cuerda de la Marcolla y el embalse de la Bolera. 

En una senda de mampostería, el descenso se hace más pronunciado y empezamos a ver el fondo del barranco por donde discurre el Guadalentín y al lado el GR 247, más allá se divisa el cortijo del Poyo Trivaldo, lugar donde nos dirigimos. Entre las ruinas del Cortijo hay un refugio de montaña (cerrado). 

Ya solo queda que continuar descendiendo, llegar al Vado de las Carretas, Cruzar el Guadalentín en la confluencia con el arroyo de San Pedro por un puente metálico y ascender hacia el coche por el mismo camino realizado al inicio de la ruta, en esa zona observamos varios grupos de ciervos. 

Recomendación: Otoño es la mejor época de la ruta