Sasha DiGiulian, Matilda Söderlund y Brette Harrington han escalado en libre Rayu (600m 8c), en Peña Santa de Castilla, en los Picos de Europa. Las tres escaladoras lo han hecho en estilo cordada, alternándose para liderar los largos. Además, DiGiulian y Söderlund han encadenado el largo más duro, el de 8c, escalando las dos como primeras de cuerda.
Rayu cuenta con 14 largos, con dificultades de hasta 8c. La vía podría dividirse en dos grandes secciones: la primera, de siete largos, con dificultades que no pasan del 7b, pero con muy pocos seguros expansivos; y la segunda, de siete largos también, muy exigente, vertical y sin puntos de reposo, con el largo clave de 8c.
Esta obra maestra de los Picos de Europa es obra de Iker y Eneko, los hermanos Pou, y Kico Cerdá. La abrieron y escalaron en libre durante el verano de 2020, un año en el que la pandemia les obligó a buscar un proyecto cerca de casa. De este contratiempo acabó naciendo una vía extraordinaria.
La repetición de DiGiulian, Söderlund y Harrington es la primera absoluta de Rayu y además se convierte en la vía en gran pared más difícil jamás encadenada por una cordada completamente femenina.
Las escaladoras han invertido poco más de un mes en el proyecto. Los planes iniciales del trío pasaban por intentar escalar en libre la popular Orbayu, también en Picos de Europa, pero después de consultarlo con diversos escaladores experimentados en grandes paredes, como el propio Iker Pou, se decantaron por Rayu.
Seguramente, tal y como ya sucedió con Orbayu, tras la primera repetición de Rayu a cargo de tres escaladoras tan mediáticas, la vía de los Pou y Cerdá adquirirá mucha más fama y recibirá a nuevos pretendientes. De momento, próximamente se podrá disfrutar de una película sobre la ascensión de Rayua cargo de Sasha DiGiulian, Matilda Söderlund y Brette Harrington.
Articulo de WOGÜCLIMBING
“El último largo de 8c fue una locura total”, afirma Sasha DiGiulian, tras conseguir la 1ª repetición de Rayu, un 8c de 600 metros abierto por los hermanos Pou y Kiko Cerdá en Peña Santa de Castilla (2.595m) en 2020, tras 5 semanas de duro trabajo.
Ya lo avisaron los Pou tras su apertura, y su pronóstico se cumple: ”Esta ruta va a pasar a ser una de las mejores de nuestra carrera. Tiene una dificultad muy alta a nivel internacional y es muy bonita. Con el prestigio que tenemos estamos seguros de que muchas de las mejores cordadas del mundo se medirán con esta vía”.
Una vía muy compleja, no solo por la gran dificultad, sino porque en su mayor parte hay que asegurarla con seguros flotantes. Una escalada clásica con distancia de big wall y 8c de grado, en la cual es mejor no caerse en la mayor parte de la misma. “La primera parte consta de 7 largos, unos 300 metros, con dificultades de hasta 7b, pero la mayoría no tienen seguros expansivos, o solo uno o dos en alguna placa, con lo que física y psicológicamente hay que esforzarse al máximo, porque las caídas son potencialmente muy peligrosas”, explicaba Eneko Pou.
Es la segunda parte en donde se concentran las mayores dificultades, con otros 7 largos -otros 300 metros aproximadamente-, muy verticales, sin puntos de reposo, con dificultades mantenidas en el 7º grado hasta el largo clave de 8c. Como en la primera parte, los seguros fijos escasean y hay que asegurar, principalmente, con friends y fisureros.
DiGiulian confiesa que, además de a su habitual compañera Emily Harrintong, llamó a Söderlund tanto por su larga ya amistad como por su capacidad de escalar noveno grado con aparente facilidad. A pesar de que ya hace una década desde que participaban juntas en la Copa del Mundo de Escalada, es la primera vez que realizan juntas un proyecto de esta envergadura, una verdadera expedición en el corazón de los Picos de Europa.
Y es que lo remoto de esta pared hace que su escalada deba entenderse, efectivamente, como una expedición, con un pequeño campo base a pie de montaña.
Primero fueron DiGiulian y Söderlund quienes, el 12 de septiembre, consiguieron poner el punto rojo a Rayu. Pero decidieron que iban a seguir apoyando a muerte a su compañera, hasta que ella también superara la vía, especialmente el largo de 8c, así que volvieron a la pared, y entre el 16 y el 22 Harrintong lo intento con su apoyo, sin conseguirlo. “Realicé casi 12 intentos, pero siempre caía en el mismo punto”.
“Ha sido impresionante como hemos sido capaces de gestionar la aventura de los duros largos de escalada clásica como equipo”, comenta Söderlund. “Además, en este terreno están los problemas de la roca suelta. Yo solté un bloque que casi golpeó a Sasha. Luego está el problema de la dificultad de colocar cacharros en placa. Por suerte, no tuvimos grandes caídas”.
A todo esto hay que añadir el cambiante tiempo del comienzo de otoño en la zona: “A veces estábamos envueltas en niebla, otros días llovía, y luego las tormentas, por todos los lados, cargadas de rayos, que aquí llaman «chubascos» (en castellano en el original).
Y sí, tras la experiencia, volverán a formar equipo “La escalada libre en big wall nos recuerda lo que somos capaces de hacer los humanos, y nosotras nos hemos completado verdaderamente bien. Ya estamos hablando de nuevos proyectos juntas”.
Complementado con la revista BARRABES