LA CIMBARRA 
En las inmediaciones de Despeñaperros, a dos kilómetros de Aldeaquemada, se encuentra el Paraje Natural Cascada de la Cimbarra, donde encontramos un salto de agua espectacular de 20 metros de altura originado como consecuencia de una falla transversal al cauce del río Guarrizas. 
Además de la cascada, con gran valor paisajístico, sus paredes graníticas albergan importantes masas de vegetación y zonas de nidificación para multitud de rapaces. Como colofón, también puedes contemplar aquí pinturas rupestres neolíticas de los antiguos pobladores de la zona. 
El sendero está dotado de dos miradores desde donde podremos contemplar la grandiosidad de este enclave, escondido en las estribaciones de Sierra Morena. 


ARROYO DE MARTÍN PÉREZ 
El sendero Arroyo de Martín Pérez trascurre la mayor parte de su recorrido paralelo al cauce que le da nombre, un pequeño arroyo de montaña arropado por una fabulosa vegetación riparia, donde destacan grandes ejemplares de fresnos y alisos, e incluso almeces. Pero sin duda, lo más destacado de este recorrido son sus dos saltos de agua, El Cimbarrillo y El Negrillo, caídas de agua que hacen de éste un entorno único. 
Durante nuestro recorrido nos adentraremos en un bosque de galería que nos hará en ocasiones perder de vista el cielo, en el que además de los bien conservados ejemplares arbóreos podemos encontrar un rico sotobosque formado por tamujos, adelfas, zarzas, juncos, majuelos y carrizos. Si nos fijamos en la lámina de agua podremos observar un bioindicador de la elevada calidad de estas aguas, una pequeña plantita flotando que se denomina «lenteja de agua». 
El cauce se va encajonando, por lo que el sendero se desvía momentáneamente del mismo para descender gracias a una serie de escalones hasta una de las principales atracciones de este sendero: El Cimbarrillo. 
Si se remonta unos metros el río Guarrizas, se llegará al tercero de los saltos de agua existente en estos parajes: El Charco del Negrillo. Se trata de un mágico salto de agua seguido de un gran remanso que oculta lo más secreto de la sierra, enmarcado en un bello enclave donde la geología y la vegetación han originado un paisaje de espectacular belleza. 

GEORRECURSO: LA CIMBARRA 
El río Guarrizas se encaja en las cuarcitas armoricanas (Ordovícico) que forman una suave estructura anticlinal limitada por una falla en su borde meridional, a favor de la cual se ha originado un llamativo salto de agua. La sección del barranco permite ver el pliegue en las cuarcitas en la margen occidental del río, a la vez que en su margen oriental la superficie topográfica es una superficie estructural que coincide con el techo de algunos bancos de cuarcitas. En estas superficies aparecen magníficos ejemplos de ripples de corrientes, a partir de los cuales se puede deducir la dirección de las corrientes (oleaje en este caso) que modelaron las primitivas arenas, en medios marinos someros o litorales, a partir de las que proceden las cuarcitas. 

CRUZIANAS EN EL PARAJE DE LA CIMBARRA (especialmente en el charco del Negrillo) 
Cruziana es el icnofósil más antiguo de Andalucía. Un icnofósil o icnita es la huella de actividad de un ser vivo. Son conocidas las icnitas o huelllas de pisadas de dinosaurios en Santisteban del Puerto. También existían en Puerto Llano, cerca del cerro Cabañas. 

Estas icnitas corresponden a las huellas de reptación de trilobites en los fondos marinos del Paleozoico (hasta el Devónico), desde hace de unos 570 a 360 millones de años atrás. Esas arenas hoy son rocas muy duras, las cuarcitas. A veces se observan varios metros cuadrados de pistas bilobuladas en los que esas marcas se entrecruzan. Las cruzianas son fósiles muy abundantes en roquedos cuarcíticos. 

Los trilobites (del latín, «tres lóbulos») son una clase de artrópodos extintos, parecidos a los ciempiés o a las actuales cochinillas. Son los fósiles más característicos del Paleozoico (antigua «era Primaria»). Se han descrito casi 4.000 especies. Filtraban el barro o las arenas del fondo en que vivían para obtener el alimento.

Las ondulitas, rizaduras o ripple-marks son estructuras sedimentarias que se forman por la acción de una corriente de agua o viento sobre un sustrato de arena suelta. Son ondas fósiles de un fondo marino arenoso somero, de poca profundidad, que se quedó petrificado al bajarlas aguas del mar. 

El aire y las corrientes de agua producen ondulitas de caras asimétricas, en tanto que las oscilaciones del oleaje forman otras que son simétricas. La distancia entre dos crestas de esas ondulaciones pueden variar entre una fracción de centímetro y varios decímetros. 

Se pueden ver fácilmente en las cuarcitas armoricanas de la plaza de Armas de la Cimbarra e incluso en el arroyo Martín Pérez cerca del charco del Negrillo. 

GEOLOGÍA DEL PARQUE NATURAL DE DESPEÑAPERROS Y PARAJE NATURAL DE LA CASCADA DE CIMBARRA 
El Parque Natural de Despeñaperros y su vecino Paraje Natural de la Cascada de Cimbarra se sitúan en el extremo oriental de Sierra Morena. Sus rocas pertenecen a la Zona Centro – Ibérica, uno de los dominios geológicos en los que se divide el Macizo Hercínico de la Meseta Ibérica. El relieve, suavemente alomado y disectado de norte a sur por el desfiladero de Despeñaperros, y otros de menor entidad, se forma sobre rocas metamórficas de edad Precámbrico a Carbonífero, mayoritariamente pizarras, cuarcitas y calizas metamórficas. Todas ellas aparecen plegadas y dispuestas en bandas de dirección oeste – este, frecuentemente limitadas por importantes fracturas o fallas. 

• HACE 500 MILLONES DE AÑOS: UNA CUENCA MARINA 
La historia geológica de esta región comenzó hace más de 500 millones años, a comienzos de la Era Primaria, cuando un extenso mar bañaba la costa de la vieja meseta ibérica extendiéndose hacia el sur. A comienzos del Ordovícico se depositaron en sus áreas litorales arenas muy similares a las que se sedimentan actualmente en las playas y los fondos someros marinos. En esa época, la línea de costa se situaba, por tanto, muy próxima, ligeramente desplazada al norte del límite septentrional del Parque. Estas arenas, convertidas más tarde en cuarcitas, imprimirán al relieve uno de sus rasgos más personales: las agrestes cuerdas de cuarcita armoricana. 

• HACE 360 MILLONES DE AÑOS: LA CUENCA SE RELLENA 
La cuenca continuó siendo marina durante el Silúrico y Devónico, depositándose en ella fuertes espesores de arenas y arcillas, transportadas por los ríos que erosionaban el viejo continente ibérico, y fangos carbonatados, procedentes de la acumulación de caparazones y esqueletos marinos que vivían en el propio mar. En el Carbonífero, hace unos 360 millones de años, el mar se restringió hasta generar extensas zonas pantanosas en las que se acumulaban grandes cantidades de restos vegetales, que más tarde se convertirían en capas de carbón. Estos materiales no afloran en el Parque, pero sí inmediatamente próximos a su límite meridional. 

• HACE 320 MILLONES DE AÑOS: EL RELIEVE EMERGE 
Algo más tarde, también en el Carbonífero (hace unos 320 millones de años), tuvo lugar la Orogenia Hercínica. Los sedimentos depositados fueron sometidos a fuertes transformaciones (metamorfismo) y deformaciones (pliegues y fracturas) como consecuencia de su levantamiento y emersión definitiva. El mar se retiraría definitivamente. Desde entonces el relieve permanece emergido y sometido a la erosión. Las arcillas se transformaron en pizarras metamórficas y aquellas antiquísimas arenas litorales depositadas hace más de 500 millones de años dieron origen a los resistentes niveles de cuarcita, armoricana, cuyos estratos verticales se erigen centinelas del Desfiladero de Despeñaperros, en el paraje conocido como Los Órganos.

Bibliografía : A.V. Hinojosa